I – Definiciones
Artesanía – Producto decorativo o
de uso útil cuya materia prima procede de su lugar de origen (pueblo, país) o
los temas usados se relacionan directa o indirectamente con las costumbres y el
folklore del país que las produce. El reducto artesanal debe realizarse en
forma manual por la persona o personas que lo fabrican, evitando que las
herramienta que pueden aligerar el proceso destruyan la sencillez de crear con
las manos, igualmente deben ser trabajos creativos y no copias de otro país o
artesano. No deberá considerarse artesanía, productos que aunque su apariencia
nos muestre mensajes típicos de la región, éstos no sean fabricados en el país.
Los trabajos realizados utilizando moldes son considerados artesanía únicamente
los que el artista o artesano pudo crear.
Artesano – Es aquella persona que
se dedica a crear con sus propias manos piezas de arte para uso doméstico o
decoración los cuales produce para sostener su economía o para su distracción.
Para comenzar este curso nos
trasladaremos a la Edad
de Piedra, donde los primeros habitantes de nuestro mundo descubrieron
posiblemente por accidente que la mezcla de agua con tierra; que en adelante
llamaremos barro, luego de seca esta
mezcla al calentarla o exponerla al calor, que puede ser fuego directo a
temperaturas altas, convierte la pieza de barro o arcilla como también se le
conoce en un material casi irrompible y muy duradero.
La evolución de esta práctica
llevó a diferentes civilizaciones a ir perfeccionando las técnicas, usos y
variedad en los trabajos realizados con este material, con el que se hicieron y
se hacen hasta el presente vasijas, copas, platos, botellas y otros utensilios
de uso diario o decoración.
Al proceso de la elaboración de
trabajos en barro o arcilla se le conoce como Cerámica.
El barro en la Cerámica
No toda la tierra puede usarse
para trabajar
la Cerámica,
es necesario que estén presentes
en esta
tierra algunos compuestos minerales o químicos que produzcan la fusión o
compactación de la tierra cuando es sometida a las altas temperaturas de calor
que son necesarias para que se complete el proceso de la cerámica. A esta
exposición de la pieza al calor le llamaremos quemar, hornear o cocer. (Cocinar
la pieza o la pieza está cocida).
Podemos detectar el barro o
arcilla en lugares montañosos y algunos llanos especialmente en sitios húmedos.
Esta es una de las características del barro el que sea blando, flexible y de
mucha plasticidad, lo que diríamos arcilloso. El color del barro puede variar
desde rojizo hasta amarillento, aunque en algunas casas que se dedican a la
distribución y fabricación de barro lo podemos conseguir en variedad de
colores, pero lo más importante es su plasticidad la que perdurará mientras lo
mantengamos húmedo, una vez seco se puede volver a emplear luego de mezclarlo
con agua, su consistencia debe ser aquella que nos permita amasar esta arcilla.
La quemada o cocción
La quemada o cocción, así como hornear
son algunos de los nombres o términos que se le conocen al proceso de
calentamiento de la pieza en barro donde recibe otra consistencia que le
permite perdurar.
Para que un trabajo en barro
pueda ser horneado debe estar completamente seco de lo contrario el calor que
genera el fuego si la exponemos directamente la partiría.
Un invento innovador que ha
evolucionado este arte son los hornos eléctricos para cerámica que alcanzan
temperaturas de sobre 1,200 grados necesarias para completar el proceso de la
cerámica. Antiguamente estos hornos eran preparados con bloques de ladrillo que
conservan el calor y alimentados con leña para crear el calor con fuego; luego
con gas propano. Actualmente éstos son más útiles aunque siempre existen los
antiguos hornos para preservar ciertas tradiciones y efectos, como el ahumar
los trabajos que se consigue sólo en hornos alimentados con leña.
La loza, porcelana y rakú son
técnicas derivadas que tienen su comienzo en la cerámica.
Entendamos el Barro
El barro o arcilla es de
consistencia blanda y plástica, cuando está seco del todo se puede hornear,
medio seco se puede cortar y blando se puede modelar con las manos o
herramientas que podamos preparar nosotros mismos como palillos, espátulas y
cinceles.
Si se nos seca la arcilla podemos
mezclarla con agua hasta crear una crema, la dejamos reposar unos días en cajas
de madera absorbente o de yeso y cuando su consistencia se torne como pasta
fácil de manejar la volvemos a emplear. Para mantener el barro o arcilla
plástico y húmedo debemos cubrirlo con paños húmedos y guardarlo en bolsas
plásticas.
Solamente expondremos a la
intemperie los trabajos que necesiten ser secados para su quemada en el horno.
El proceso para secar la pieza de barro debe ser lento al igual que la quemada
porque la aplicación rápida de calor haría partir o quebrar los trabajos.
Recomendamos que toda pieza sea
secada en lugares donde las corrientes de aire no sean fuertes y aligeren este
proceso de secado, igualmente la quemada debe ser uniforme y lenta para que el
vapor de agua pueda salir completamente del barro, no se quiebre y se complete
el proceso.
El barro cuando es sometido a
altas temperaturas expulsa toda la humedad y la pieza mientras está en el horno
no debe ser removida hasta que se complete el proceso de quemada que lo
determina en los hornos eléctricos unos cono pirométricos que son usados en
cada quemada. Estos determinan tiempo y calor en el horno eléctrico.
Al finalizar la quemada en el
horno debemos esperar que éste se enfríe natural y normalmente, entonces podremos
abrir el horno. Una corriente de aire frío puede destruir todo el proceso, por
eso recomendamos se abra el horno cuando esté completamente frío y con cuidado.
El trabajo en barro luego de este
proceso de quemada puede barnizarse y pintarse con mezclas de pigmentos que
pueden ir nuevamente al horno para una nueva quemada. Así decoramos en otra
forma nuestros trabajos.
Por. Juan Rafael Guzman Soto
Maestro Artesano